Cómo actuar ante la reaparición del reto viral Momo
Hace unos meses ya hablábamos de Momo, un reto viral sobre un personaje terrorífico con gran impacto en adolescentes y niños. En los últimos días, este fenómeno ha vuelto a resurgir y está causando una alarma aún mayor debido a su incitación a las autolesiones entre los menores.
¿Qué está sucediendo?
Como aclarábamos en su día, “Momo” simplemente es una fotografía de una escultura con apariencia terrorífica, mezcla de mujer y de ave, que un artista contemporáneo creó con fines cinematográficos y finalmente fue expuesta en un museo japonés. Pronto, esa fotografía acompañada de mensajes amenazantes en primera persona, se hizo viral entre los menores a través de las redes sociales. Además, esta viralidad basada en el miedo irracional se vio potenciada por muchos youtubers que, con el ánimo de conseguir seguidores, distorsionaron el argumento original sobre este falso personaje.
El problema que se plantea en esta ocasión es que, al margen de que haya “vuelto”, es que lo hace con una argumentación más delicada y peligrosa: incita a los menores a autolesionarse bajo la amenaza de que, de lo contrario, “volverá para hacerles daño”. En algunos vídeos llega a adoctrinar sobre la manera en la que deben hacerse las lesiones.
¿Por qué vuelve?
Por un lado, los bulos en Internet van haciendo eco entre diferentes grupos de distribución generando multitud de cadenas de reenvío. Estas cadenas, pasado algún tiempo, vuelven a conectar con su origen y, así, bulos que ya habían pasado, surgen de nuevo.
Por otra parte, también está la mano de quien trata de infundir el odio y el miedo en Internet, para lo que se aprovecha de todas aquellas personas que puedan resultar susceptibles de caer en sus trampas. Normalmente, menores y personas confiadas y desconocedoras de las temáticas planteadas “como cebo”.
Sucede también que parte del ruido circundante en torno al propio bulo de “Momo” se basa en que este contenido se esté filtrando en plataformas de uso muy extendido, dedicadas a los más pequeños. De esta manera, se genera una notable alarma social basada en la rumorología.
Compañías como YouTube indican que no hay vídeos en la plataforma que animen a la realización del reto (incumplen sus normas de comunidad), aunque sea posible que existan algunos que hagan referencia a él o utilicen su imagen a título informativo. La empresa también informa que trabaja en establecer las medidas oportunas para que este tipo de contenidos no estén en YouTube Kids.
Además del temor suscitado, la invitación a realizar prácticas autolesivas resulta, realmente, la parte más grave. Los menores no tienen aún la suficiente conciencia crítica, por lo que resultan susceptibles de ser influidos negativamente a nivel emocional o de realizar prácticas de riesgo.
En este sentido, lejos de culpabilizarles en caso de caer en la trampa, hay que acompañarles en todo momento tratando de que logren una buena educación digital. Para ello, debemos realizar una supervisión cercana en su contacto con Internet sin tratar de demonizar la tecnología y, al tiempo, plantearles los riesgos a los que se exponen al usar las redes sociales o, simplemente, al navegar a través de los diferentes contenidos.
A veces este tipo de retos no surgen de manera premeditada, sino con diversos fines, como pueden ser el entretenimiento o la motivación. Sin embargo, cuando un contenido termina siendo exitoso, puede ser aprovechado y utilizado con fines peligrosos (poner en riesgo la salud, hacer apología de creencias, lucrarse o sembrar pánico, entre otros).
¿Qué podemos hacer?
- Desarrollar la capacidad crítica de tus hijos. Los videos existen pero no disponemos de certeza sobre su circulación en canales de contenidos para menores. En este sentido, es importante tener precaución y evitar en la medida de lo posible compartir este tipo de contenidos, con lo que frenamos la difusión de noticias falsas o no contrastadas. Es responsabilidad de todos no contribuir a generar alarma social. En su lugar, una buena práctica es informarse en sitios de confianza como la web de IS4K.
- Trabajar la mediación parental. El acompañamiento y supervisión de los menores en su relación con Internet resulta fundamental, ajustando esa mediación de manera paulatina a la madurez y responsabilidad que muestra el menor. Potenciar la comunicación sobre estos temas afianzando su confianza nos permitirá identificar situaciones de riesgo y facilitará que acudan a nosotros ante posibles incidentes. En esta labor es de gran importancia acordar normas y límites claros sobre el uso que hacen de Internet y los dispositivos, teniendo en cuenta que podemos apoyarnos en herramientas de control parental, sobre todo a edades tempranas.
- Contribuir a una mejor Internet para los menores. Podemos reportar cualquier contenido inadecuado e, incluso, ilícito dentro del sitio en el que lo visualicemos y también a través de la Línea de Reporte de contenidos peligrosos.
Recuerda que ante cualquier duda relacionada con los menores e Internet puedes recurrir a la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE 017, gratuita y confidencial, donde recibirás atención adaptada a tu situación.