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Menores. Sección menores

Trabajemos en clase la convivencia en las redes sociales

Fecha de publicación 16/04/2019

Los menores están en las redes sociales, y los que aún no pueden, quieren estarlo. Sabemos que es un entorno muy atractivo para ellos, donde se relacionan compartiendo sus intereses e inquietudes en un espacio habitualmente al margen de los adultos. Como en cualquier otro contexto, la convivencia no siempre es fácil y deben aprender a comunicarse adecuadamente

La cuestión radica en dónde pueden realizar este aprendizaje. En casa, con la familia, asimilan los valores principales que serán la base sobre la que se asentará todo lo demás, pero también es necesario reforzar estas habilidades comunicativas y sociales en el centro educativo. Son temas que pueden parecer difíciles de tratar como educadores porque a menudo resultan alejados de nuestros conocimientos o pensamos que será contraproducente meternos en lo que parece ser su entorno particular. Nada más lejos de la realidad.

Es imprescindible trabajar la comunicación en la Red como parte de su educación cívica porque lo que ocurre en Internet afecta de forma integral a todas las facetas de la vida de los adolescentes. No se puede percibir como un entorno aislado en el que no debemos implicarnos. Y llevar estos temas a las aulas es más fácil de lo que pensamos.

Qué necesitamos saber sobre las redes sociales

No nos engañemos, sí es necesario tener un mínimo conocimiento sobre las redes sociales para hablar de ellas a los menores. No obstante, en general, es suficiente con conocer su estructura básica, qué funciones proporcionan al usuario habitualmente y cuáles son sus riesgos.

De manera global, tenemos que saber que el 45% de los menores tienen al menos un perfil en una red social, como muestra Net Children Go Mobile en su informe Riesgos y oportunidades en Internet y el uso de dispositivos móviles entre menores españoles, y que las que más utilizan son WhatsApp, YouTube e Instagram, según el Estudio de Redes Sociales 2018 de Digital Commerce Marketing Elogia e IAB Spain.

La mayoría de las redes sociales poseen una estructura común. Cada usuario crea su propio perfil, donde hace pública su información personal, imágenes o vídeos sobre sí mismo, su actividad diaria o su localización. Los perfiles pueden relacionarse unos con otros mediante mensajes, comentarios y reacciones. De este modo, podemos indicar que un contenido de otra persona nos gusta y tenemos la posibilidad de compartirlo. Así, se va creando un entorno de red, donde los usuarios se conocen entre sí e interactúan.

En las redes sociales, existen además elementos de comunicación específicos, como los emoticonos o emojis, las stickers (pegatinas de dibujos, a veces animadas) o los hashtags (palabras clave que se utilizan para agrupar publicaciones de una misma temática). También poseen funciones que sirven para diversificar la forma de comunicarse, como los estados, momentos o stories, en los que las publicaciones tienen una duración predeterminada y se utilizan para indicar qué se está haciendo en un momento determinado.

Imagen dispositivo móvil

En cuanto a los riesgos, existen diversas problemáticas graves que pueden darse en estos entornos cuando hablamos de usuarios menores de edad, como son el ciberacoso escolar, la suplantación de identidad o la perdida de privacidad, pero también otros problemas de convivencia como malentendidos, la normalización de una comunicación inadecuada o el fomento de discursos de odio. En nuestra web podéis ampliar la información sobre cada uno de estos riesgos, contextualizados en alguna de las redes sociales que más utilizan. También os recomendamos visitar los Centros de Ayuda de las propias redes sociales, que a menudo incluyen recomendaciones prácticas que nos serán útiles para trasladar a los menores, así como completar estos conocimientos con lecturas y artículos relacionados.

Manos a la obra: diseñar una sesión didáctica para tus alumnos

Una vez conseguida una base de conocimientos sobre las redes sociales, llega el momento de plantear nuestra actividad en el aula. Dependiendo del tiempo que tengamos disponible, podemos organizar una actividad que dure una sesión completa, la mitad, o solamente 15 minutos. Lo importante es dejar a un lado la pereza y la indecisión, animándonos a tratar un tema que seguro interesará al alumnado.

El primer paso para hablar con ellos de redes sociales, es adaptarnos a su experiencia y madurez. Para ello, debemos observar su nivel de conocimiento digital y preguntarles (escucharles) para saber qué redes sociales utilizan, cuáles son las que más les gustan y cuáles son sus preocupaciones al respecto.

A la hora de elegir qué actividades llevar a cabo, la recomendación clave para conseguir atraer su interés es hacerles protagonistas y animarles a participar. De este modo, llamaremos su atención, les mantendremos activos y estableceremos un clima de trabajo y reflexión más cercana. La sesión será más dinámica y favorecerá la comunicación en grupo.

Con esta premisa, podemos incluir en la sesión dinámicas de grupo o juegos, como las que os mostramos en los materiales didácticos, por ejemplo en la Unidad 2 ‘Tu información vale mucho’ o la sesión 2 ‘Contactos y redes sociales’ de la Unidad 5. También podemos utilizar recursos como los Árboles de decisiones o la Oca del ciberacoso para los más jóvenes. Ante cualquier duda sobre cómo utilizar estos recursos o cómo enfrentarse a los riesgos en las redes sociales, siempre está disponible la Línea de ayuda en ciberseguridad de INCIBE 017, gratuita y confidencial.

Árboles de decisión

Estas actividades siempre deben presentarse previamente para que los menores comprendan cuál es el objetivo de la sesión, y cerrarse con una reflexión final que favorezca el desarrollo de conclusiones positivas, así como la recopilación de pautas prácticas de prevención o actuación a favor de la convivencia saludable en Internet. Lo ideal es animarles a que sean ellos mismos los que investiguen y expongan los contenidos a sus compañeros, ya sea de forma individual o en pequeños grupos.

En este sentido, es útil incluir ejemplos reales que planteen problemas y riesgos en las redes sociales, ya sean expuestos por nosotros mismos o visualizando noticias y vídeos en Internet. Existen multitud de campañas de prevención que pueden sernos de utilidad para este fin.

Llevar estos temas a las aulas es más fácil de lo que pensamos

Por último, debemos tener en cuenta otros aspectos propios del centro educativo para organizar la sesión de forma adecuada. Es necesario conocer el proyecto tecnológico y el plan de convivencia del centro en lo referente a los aspectos relacionados con las TIC, para poder trasladar a los alumnos las medidas que deben conocer. Por ejemplo, la postura del centro frente al ciberacoso escolar, su política de uso de dispositivos móviles y redes sociales o de protección de la privacidad. Además, como centro educativo podemos animar a las familias para que se impliquen en el aprendizaje de los menores, facilitándoles pautas y recomendaciones y organizando actividades en las que los alumnos trasladen la concienciación a sus familias.

Recordemos que trabajar la convivencia en las redes sociales no es mucho más complejo que cualquier otra parte de la educación para la convivencia. Las redes sociales son su realidad y por tanto, es necesario perder el miedo al tratar estos temas. Es fundamental para crear un clima de confianza frente a posibles problemas y dar a entender a los menores que es una parte de sus vidas que pueden compartir con nosotros.

Ahora es vuestro turno, ¿creéis que los menores tienen una formación suficiente antes de comenzar a utilizar redes sociales?, ¿os parece importante trabajar este tema en el ámbito educativo? Podéis compartirlo con toda la comunidad de IS4K, ¡gracias!