La Inteligencia Artificial y la ciberseguridad protagonizan nuestra campaña de concienciación de este mes
La Inteligencia Artificial se ha convertido en una novedosa y poderosa herramienta que está revolucionando numerosos ámbitos de nuestra vida. Su aplicación permite que las máquinas imiten el comportamiento humano y, por tanto, se trata de un gran avance, pero no podemos olvidarnos de las implicaciones de ciberseguridad que tiene, sobre todo cuando los objetivos que persigue son maliciosos.
Las amenazas basadas en Inteligencia Artificial son una realidad que debemos asumir y afrontar ya que, como cualquier herramienta, su uso inadecuado o con fines ilícitos puede resultar muy peligroso.
Existen distintos tipos de Inteligencia Artificial en función de su uso e intención, como los Sistemas de IA de propósito general, entre los que se encuentran los asistentes virtuales del hogar o algunas herramientas web; los de alto riesgo, donde están dispositivos médicos, de formación, selección de personal o procesos democráticos, entre otros; y los prohibidos, que engloban las imágenes, videos o noticias falsas que distorsionan el comportamiento de una persona o explotan sus vulnerabilidades causándole un daño.
Y es que la Inteligencia Artificial forma parte ya de numerosos ámbitos de nuestra vida de los que, en muchos casos, no somos conscientes, como la salud y medicina, la educación, la automatización y fabricación, el transporte o las finanzas.
Pero, cuando hablamos de este gran avance y revolución que supone que las máquinas imiten el comportamiento humano, debemos hablar también de riesgos para la ciudadanía. ¿Para qué se usa la Inteligencia Artificial con fines maliciosos? Un ciberdelincuente puede usarla para generar spam, hacer un phishing u otras amenazas, aprovechando la capacidad de las herramientas para crear texto creíble en varios idiomas, por ejemplo, o para anunciar productos o servicios falsos. También se utiliza para generar contenido falso y su posterior distribución, es decir, la desinformación, con las fake news y las deepfakes. Otros usos ilícitos son la evasión de censura o la creación de perfiles falsos, para llevar a cabo fraudes como las estafas de citas en línea, la manipulación de opiniones o el fraude de soporte técnico.
Y ahora que ya sabes para qué usa un ciberdelincuente la IA, es importante que conozcas qué pistas te pueden ayudar a identificar un contenido. Cuando desconfíes de un contenido, verifica la fuente; analiza la calidad del contenido, por ejemplo fíjate si los textos guardan coherencia o tienen errores gramaticales; en los vídeos puede haber parpadeos y movimientos faciales o incongruencias entre el rostro y el cuerpo; en cuanto al audio, puede haber ruidos de fondo, el tono y el ritmo presentan variaciones o el contexto del discurso no tiene sentido; y por último, fíjate también en los detalles finos de las imágenes y en la iluminación y las sombras, por si hay algún aspecto que no te encaja.
En la campaña de concienciación que hoy presentamos #IACiber encontrarás más detalles para empezar a integrar la Inteligencia Artificial en tu vida con la ciberseguridad.
Inteligencia Artificial y ciberseguridad
Y ahora que ya conoces un poco más de qué manera se ha integrado la Inteligencia Artificial en tu vida, ¿te ha sorprendido algo? ¿tienes alguna duda o miedo? Cuéntanos tu experiencia y mantente al día con las publicaciones de la OSI en materia de ciberseguridad para poder disfrutar de las ventajas de la tecnología.