Grooming
Qué es
En ocasiones, los adultos se hacen pasar por menores en Internet o intentan establecer un contacto con niños y adolescentes que dé pie a una relación de confianza, pasando después al control emocional y, finalmente al chantaje con fines sexuales. A esta práctica se la conoce como grooming, y tiene diversos objetivos:
- Producción de imágenes y vídeos con connotación o actividad sexual, destinados al consumo propio de pederastas o a redes de abuso sexual a menores.
- Encuentros en persona con el menor y abuso sexual físico.
- Explotación sexual y prostitución infantil.
- En situación
Ya hacía tiempo que quedaban casi todas las tardes para chatear. Lidia había conocido a Hugo a través de Instagram y empezaron a hablar. Eran muy parecidos, los dos tenían 14 años, les gustaban los mismos libros, las mismas series y pelis. Fue fácil entablar amistad.
Se gustaban y eso llevó a conversaciones más subidas de tono... Un día, él le pidió entre bromas que se levantara la camiseta delante de la webcam. A Lidia le daba vergüenza, pero al final lo hizo. Fueron unos segundos, se puso roja como un tomate y no podía con la risa, pero nunca imaginó los problemas que eso le traería.
A la semana siguiente él volvió a sugerir que lo hiciera otra vez, pero ella se negó entre risas. Hugo contestó al segundo, y Lidia no se esperaba algo así:
— Pues o lo haces, o envío el vídeo del otro día a todo el mundo.
Ella se echó a reír, pero a los pocos segundos paró. Hugo le acababa de enviar el vídeo en el que ella se levantaba la camiseta. No era una broma, le estaba chantajeando: o se desnudaba o lo publicaría y lo vería todo el mundo.
- ¿Cómo ocurre?
Habitualmente el contacto entre ambas partes comienza a través de algún servicio de Internet, preferentemente redes sociales, plataformas de juego o comunidades online. Son servicios muy utilizados por los menores y todos ellos tienen funcionalidades de chat para conversar.
El atacante suele utilizar el engaño para facilitar ese primer contacto, creando perfiles falsos con edades y gustos similares a los del menor, de manera que le resulte atractivo e interesante, para que acepte su solicitud de amistad. Puede llegar a proponerle seguir conversando en privado por mensajería instantánea o videollamada, como por ejemplo WhatsApp o Skype.
Una vez iniciada esa relación de amistad, ganarán confianza. El objetivo es hacer que el menor se sienta cómodo y comprendido, incluso puede que le engatuse con algún regalo, físico o virtual (un móvil nuevo, dinero, saldo para hablar por teléfono o créditos para su videojuego favorito), o con la promesa de una relación perfecta.
De este modo, poco a poco podrán intimar, subir el tono de las conversaciones y conseguir que el menor baje la guardia, para que le confíe una imagen o vídeo comprometido, o algún secreto privado. Esto se utilizará como arma de chantaje: una vez que tiene en su poder material para manipular al menor, le exigirá más imágenes y vídeos, o incluso llegar a un encuentro en persona. Si no cumple con sus deseos, le amenazará con hacer públicos todos esos contenidos comprometidos.
- ¿Cuáles son las consecuencias?
Las consecuencias pueden ser de diferente gravedad dependiendo del alcance del delito, aunque en cualquier caso, el riesgo de daños para el menor es alto:
- Abuso y agresión sexual. La petición de imágenes o vídeos de carácter sexual es en sí mismo un abuso. Aunque a veces es el menor el que envía este contenido de forma “voluntaria”, manipulado en cualquier caso por parte del agresor, en otras ocasiones la víctima es chantajeada para que facilite los materiales comprometidos. En último término, el agresor podría llevar a cabo agresiones sexuales físicas comprometiendo la seguridad física y emocional del menor.
- Ansiedad y depresión. Entre las consecuencias psicológicas más habituales aparecen la ansiedad y la depresión, presentándose secuelas muy diversas en función del abuso, su duración, el apoyo recibido y otras variables.
- Problemas derivados en el rendimiento académico, sociabilidad y afectividad. Enfrentarse a una situación de grooming afecta seriamente a todos los ámbitos de la vida del menor, desde daños a su autoestima y la confianza en sí mismo, hasta la disminución de la concentración y la atención en clase, o la pérdida de amistades. También puede aparecer desinterés por sus actividades de ocio favoritas o dificultades a la hora de relacionarse con otras personas, entre otros.
En una situación de grooming, las víctimas tienden a ocultar las consecuencias por sentimientos de vergüenza o culpabilidad. Pueden incluso pensar que la relación que mantienen con el agresor es real, y no ser conscientes de que están siendo o han sido víctimas de un abuso.
Prevención
- Establecer unos hábitos de navegación seguros. Acordar unas normas de uso de Internet en casa favorecerá su responsabilidad y su seguridad al conectarse. Debemos establecer unos horarios de uso y cuál será el lugar para usar esos dispositivos, procurando que sean espacios comunes.
- Extremar la precaución al conversar online. Para los menores, un desconocido puede dejar de serlo si ya han hablado un par de veces por Internet. Puede incluso que el atacante sea una persona que sí conocen en persona. Por ello, en cualquier conversación online debemos ser cautos a la hora de compartir nuestra información personal y mantenernos alerta: no todo es lo que parece.
- Evitar prácticas de riesgo. En Internet es bastante fácil que alguien se haga pasar por quien no es. Por ello, es recomendable evitar prácticas como el sexting, así como no contactar o quedar con personas a las que no conocemos en persona. Siempre que alguien proponga un encuentro, comunicárselo a un adulto de confianza.
- Ser conscientes del uso que hacen de la cámara del móvil o WebCam. Es necesario plantearnos si son suficientemente maduros para tener su propio móvil o dispositivo, con la responsabilidad que eso conlleva. Enviar fotos o realizar videollamadas es un riesgo sobre el que no siempre reflexionan, pueden producir un contenido comprometedor o íntimo sin que ellos sean conscientes de ello. Mientras no se estén usando, las cámaras deben estar tapadas, y sólo utilizarse de forma meditada y con precaución.
- Comunicación y sensibilización. Hablar con naturalidad del amor y la sexualidad les ayudará a diferenciar las relaciones saludables de las que no lo son. Deben conocer con claridad cómo ocurre una situación de grooming y sus consecuencias para saber cómo protegerse. Además, una buena comunicación nos permitirá conocer sus hábitos en Internet y sus amistades online. Frente a un problema, podrán acudir a nosotros o a un adulto de referencia con el que se sientan cómodos.
- Acompañamiento y supervisión. El acceso de los menores a Internet debe ser progresivo y contar con el respaldo de un adulto, para que aprendan poco a poco cómo utilizar las nuevas tecnologías de forma segura y responsable. Para los más pequeños, podemos además instalar sistemas de control parental en los dispositivos, para limitar su uso y supervisar su actividad.
Cómo reaccionar en caso de problemas
Red de apoyo. Deben saber que pueden acudir a los adultos de su confianza en busca de ayuda, ya que se trata de un problema de gravedad. Es el momento de transmitir al menor una actitud de seguridad y madurez para que se sienta protegido.
Ser prudentes y mantener la calma. Si el menor ha decidido dar el paso de contarnos lo que está sucediendo, debemos valorar el esfuerzo que eso supone y no dudar o cuestionar sus palabras. No culpabilizar a la víctima y reafirmar nuestro apoyo incondicional.
Recoger información. No debemos dejarnos llevar por la situación o actuar irreflexivamente. Contactar con el acosador o borrar información (contenidos enviados, conversaciones, perfiles en redes sociales, etc.) puede dificultar la resolución del problema o incluso agravarlo.
Nunca aceptar un chantaje. Si nos encontramos ante un agresor que tiene (o dice tener) alguna información sensible en su poder, nunca debemos ceder a la manipulación, ya que empeorará la situación.
Denuncia. Ante una situación de grooming es imprescindible contactar con las Fuerzas y Cuerpos de seguridad. Es un delito complejo y ellos sabrán indicarnos los pasos que debemos seguir. Además, puede haber otros menores afectados por un mismo acosador: con nuestra denuncia nos implicaremos en su detención.
Ayuda psicológica. Las consecuencias pueden ser difíciles de afrontar, tanto para el menor como para su familia. El centro de salud y su centro educativo pueden ofrecer apoyo emocional y seguimiento si es necesario.
¿Tienes dudas o necesitas ayuda de manera más personalizada en relación con el uso seguro y responsable de los menores en Internet? Contacta con nosotros en la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE, 017. Es un servicio gratuito y confidencial.