Soft skills: asertividad
¿Sabes qué son las soft skills? Las habilidades interpersonales se han convertido en el complemento idóneo de las habilidades y conocimientos técnicos, pero, ¿qué diferencia a estas habilidades y qué las hace tan importantes para el ámbito profesional?
Nos referimos a aquellas habilidades que determinan la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno. Son las que tienen que ver con nuestras características personales, competencias sociales, actitudes… Todas ellas, de una forma u otra, pueden suponer un valor añadido para cualquier perfil relacionado con la ciberseguridad.
Se trata, por tanto, de aptitudes que se desarrollan de forma diferente. Están relacionadas con rasgos personales y emocionales, en lugar de con el conocimiento. Así pues, el dominio de una herramienta o software de ciberseguridad no será una soft skill. En cambio, sí que lo será la manera en que comuniquemos nuestros conocimientos acerca de esa herramienta o software de seguridad.
Las soft skills cobran una especial relevancia en el mundo laboral, ya que ayudan a potenciar los otros tipos de habilidades. Por ejemplo, un profesional con gran conocimiento técnico será más eficaz en su entorno laboral en la medida en que sepa relacionarse y comunicarse mejor con sus compañeros.
¿Qué es la asertividad?
Si bien los puestos en los que desarrollan su trabajo los profesionales de la seguridad informática requieren dedicar una gran parte del tiempo a la interacción con pantallas, la comunicación con otros compañeros supone también una parte importante de su labor. Es por ello que no deben dejar de prestar atención a estas habilidades sociales si desean crecer en su carrera. Una de las soft skills más prácticas para la ciberseguridad es la asertividad, que se define como la capacidad de una persona de expresar sus emociones de manera adecuada ante las adversidades.
A menudo, nos enfrentamos a situaciones en las que se hace difícil expresar lo que sentimos. A causa de cómo se esté desarrollando la situación o bien por inseguridades generadas previamente, nos podemos sentir inseguros ante una conversación que debemos afrontar.
La clave para mantener una comunicación asertiva consiste en asegurarnos de que estamos expresándonos de la forma en que queremos con respeto hacia el juicio de los otros interlocutores. No es sencillo mantener la impermeabilidad con respecto al entorno, pero debemos estar seguros en nosotros mismos y no dejar que afecte a la seguridad con la que comunicamos.
Imaginemos que Pedro es un experto en ciberseguridad que trabaja en el área de seguridad de una empresa. Pedro tiene años de experiencia en múltiples ámbitos de la ciberseguridad. Aun así, se encuentra mucho más cómodo trabajando como pentester, a diferencia de su amigo y compañero, Luis, a quien se le da mejor trabajar como forense digital.
Cierto día se les asigna un proyecto relevante y en el reparto de roles, según el modelo ENISA, se asigna a Pedro como forense digital y a Luis como pentester. Esta situación disgusta a Pedro y considera tratar de revertir la decisión, o, al menos, mostrar sus impresiones. Pues bien, aquí es donde entra la importancia de las soft skills, en este caso, de la asertividad.
Si Pedro guardara silencio y asumiera tal reparto de roles podría repercutir negativamente, ya no solo a sus emociones, sino también a la calidad con la que desarrollará el trabajo. Así pues, por su propio bien es recomendable que Pedro comunique de forma asertiva su opinión y que sugiera una alternativa.
Para comunicarlo de manera asertiva, lo idóneo será centrarse en los hechos positivos. Pedro entiende que la clave estará en expresarse de forma que no señale ningún error, empleando frases como: “Considero que se ha llevado a cabo una buena asignación, aun así, creo que se puede mejorar la productividad del proyecto si se realizaran unos cambios en los roles”.
Probablemente, Pedro estará muy nervioso, ya que esta conversación decidirá su futuro inmediato. Pese a ello, él hará por sobreponerse a la situación y expresarse con total calma. Intentará hacer ver que, al fin y al cabo, no está diciendo nada negativo, tan solo está mostrando aspectos que se pueden corregir con el fin de hacer mejor su trabajo. Esto lo hará con la idea de que su compañero, Luis, no se sienta presionado por lo que está comunicando.
Con la idea de mostrarse claramente y sin dar lugar a malentendidos, Pedro reforzará la idea de que su compañero, Luis, es una persona perfectamente preparada para el puesto de trabajo que se le ha asignado. Así, una vez señaladas las capacidades de su compañero, podrá introducir la idea de que Luis podrá trabajar mejor incluso si se le asigna el otro rol, ya que él sabe que en ese ámbito también es un profesional.
Por tanto, para exaltar las capacidades de alguien no es necesario señalar capacidades negativas, esto es algo que se logrará mencionando solo aspectos positivos. No hace falta decir: “Qué malo eres en esto, pero que bueno en aquello”, sino más bien: “Eres excepcional trabajando en aquello, sin duda se te daría muy bien”.
Así pues, la asertividad es el mejor aliado para los intereses profesionales de Pedro. Si consigue afrontar esa situación preocupante de una manera asertiva, podrá lograr o no que lo reasignen, pero lo que es seguro es que habrá cumplido su objetivo: comunicarlo de la mejor forma que podía hacerlo. Y con ello, habrá hecho lo mejor que podía hacer por conseguir dicha reasignación. Esto será gracias a que habrá comunicado de forma clara y relajada su opinión acerca de un tema conflictivo
A continuación, enumeramos una serie de elementos básicos para reforzar tu capacidad asertiva. Recuerda que un compendio de todos ellos es la clave para lograr afrontar situaciones complicadas con asertividad, tal y como ha hecho Pedro:
Expresar tranquilidad con el lenguaje verbal. Es posible que Pedro esté preocupado por la situación. No obstante, mostrar calma nos ayudará a transmitir nuestro mensaje con mayor efectividad.
Hablar de hechos, no valoraciones/juicios. Para conseguir una comunicación asertiva, es importante que Pedro se centre en hechos contrastados, no en juicios de valor. Por ejemplo, deberá señalar hitos de su trayectoria personal para reforzar la idea de que estaría mejor trabajando como pentester, en lugar de emitir una valoración tipo: “Yo estaría más cómodo trabajando como pentester porque me gusta más”.
Expresar claramente cómo te sientes. Empapar al escuchante de tus sentimientos será clave para lograr empatía. Pedro deberá mostrar un sentimiento de preocupación por que se desarrollen de forma óptima las labores de la empresa.
Hablar de «yo» no de «ti». Pedro se empleará a sí mismo como argumento, en ningún momento señalará a Luis o a su propio responsable. Es importante que se centre en sí mismo, en lugar de resaltar las carencias o equivocaciones de los demás.
Ser concreto. A Pedro no le servirá de nada «andarse por las ramas». Con ello solo logrará desviar la atención de la conversación. Deberá ser breve, conciso y directo. Así, logrará que sus interlocutores reciban el mensaje de manera clara.
Recuerda tu objetivo. El objetivo de Pedro es comunicar de la mejor forma su deseo de una reasignación de roles, y aunque es posible que lo consiga, también podría recibir una negativa. El responsable puede tener sus propias razones para haber tomado esta decisión, que tal vez Pedro no comparta. Aun así, lo habrá intentado y habrá logrado expresar su opinión asertivamente.
Como hemos visto con el ejemplo de Pedro y su predilección por uno de los perfiles ENISA, las habilidades personales, como la asertividad, son cruciales para las aspiraciones profesionales del sector.
Un perfil especializado en pestesting tendrá que trabajar continuamente compartiendo ideas con otros perfiles. De la misma forma, un forense digital que quiera crecer profesionalmente deberá afrontar de manera asertiva ciertas comunicaciones interpersonales. Por todo ello, las soft skills son un valor añadido en el que se apoyan los conocimientos de ciberseguridad.