Soft skills: curiosidad
¿Conoces el concepto de soft skills? Su nombre procede del inglés y, aunque literalmente se traduce como ‘habilidades blandas’, se trata de las habilidades interpersonales o emocionales de cada uno, aquellas habilidades que determinan la manera en que las personas se relacionan con su entorno. Este término está a la orden del día en el ámbito profesional, ya que dominar alguna de estas habilidades supone un complemento idóneo para destacar en el mercado laboral.
A diferencia de las hard skills, habilidades meramente técnicas, las soft skills tienen que ver con las características personales, las competencias sociales, actitudes… Todos estos conceptos que a menudo no se pueden certificar, pero que, sin embargo, cada vez se imparten más formaciones relacionadas con ellos.
Así pues, estas habilidades están ligadas a rasgos personales y emociones, las cuales se desarrollan principalmente mediante la experiencia humana.
Por ejemplo, las habilidades que un determinado profesional tenga en materia de malware no serán softs skills; en cambio, la manera en que sepa expresarse y aplicar los conocimientos que tiene sí será una forma de soft skill.
Este tipo de habilidades se tienen cada vez más en cuenta en el ámbito laboral y, por consecuente, en el mundo de la ciberseguridad. Un empleado que cuente con amplios conocimientos técnicos será más valioso en la medida en que los complemente con rasgos de soft skills, ya que estos le ayudarán a comunicar mejor sus ideas y conocimientos o a tomar mejores decisiones.
¿Qué es la curiosidad como soft skill?
Si bien la primera acepción de curioso/a que encontramos en la RAE es «inclinado a enterarse de cosas ajenas», en la ciberseguridad la mayoría de los conocimientos son útiles. Entender la curiosidad como una habilidad supone asumir que existe todo un abanico de conocimiento de nuestra incumbencia y, por tanto, es recomendable mostrar interés por aprenderlo.
Un profesional curioso será aquel que muestre una constante inquietud por ampliar su formación, recurriendo a certificaciones, webinars, eventos, ponencias… Se trata de un perfil que se vale de estas experiencias para enriquecer sus conocimientos, impulsado por el motor de la curiosidad, un combustible inagotable que puede llevar a los empleados tan lejos como ellos deseen.
Este tipo de personas, motivadas por la curiosidad, suele actualizar constantemente sus conocimientos consultando las novedades acerca de distintos temas de la ciberseguridad y estando al día en materias como malware, phishing, cumplimiento normativo…
Hay que tener en cuenta que en el ámbito de la ciberseguridad existen múltiples ramas de conocimiento. Todos los avances y habilidades que se desarrollen constituirán un valor añadido que, a menudo, se suele valorar positivamente en las entrevistas de trabajo.
A diario surgen nuevos tipos de amenazas, nuevas legislaciones, normativas de cumplimiento obligatorio… Por mucho conocimiento técnico que se tenga en un área, si se pretende llegar a crecer profesionalmente, será crucial estar en constante reciclaje y disposición de aprender nuevos conceptos, ya que la ciberseguridad supone actualizaciones constantes.
Perfiles ENISA: ayudan a proyectar nuestra curiosidad
Pese a que la curiosidad es una virtud, se recomienda establecer ciertos marcos de conocimientos con el fin de acotar esa curiosidad y proyectarla de manera realmente eficaz. Con el fin de establecer una comprensión común de las funciones y labores que desarrollan los trabajadores de ciberseguridad, se establecen los perfiles ENISA. Estos tratan de clasificar los distintos tipos de trabajadores que existen en el ámbito de la ciberseguridad, dividiéndolos en distintos perfiles en función de sus competencias.
Un trabajador que desee fomentar su curiosidad como softskill podrá recurrir al documento publicado por ENISA para identificar cuál es su perfil de ciberseguridad. Una vez determinado, deberá prestar atención a sus características. Encontrará en cada perfil un amplio listado de habilidades y conocimientos clave, tareas… El desarrollo de las competencias correspondientes supondrá un mejor desarrollo del perfil laboral.
Por ejemplo, si una persona responde al perfil de penetration tester podrá observar que una de sus habilidades clave es saber revisar códigos y evaluar su seguridad. Se trata de una habilidad que podrá ser fomentada mediante la curiosidad, ya que un profesional revisará y evaluará la seguridad de los códigos más eficientemente si tiene una actitud curiosa que le incita a investigar nuevos lenguajes de programación y métodos de seguridad.
Otro ejemplo de habilidad clave de este perfil es tener una conducta de ethical hacking, siendo importante estar al día siempre a través de cursos, formaciones, ponencias, etc.
Por tanto, una persona que quiera especializarse como penetration tester y no sienta curiosidad lo tendrá muy difícil para evolucionar. A diario surgen nuevos tipos de ciberataques; a causa de ello, dichos perfiles requieren estar continuamente actualizados en habilidades técnicas de múltiples ámbitos, pero, además, pueden desarrollar sus soft skills para aplicarlos de mejor manera.
Así pues, los perfiles ENISA ayudan a trazar la senda del profesional, marcando el camino a seguir para convertir esa curiosidad en un valioso recurso para el mercado laboral. Dichos perfiles proyectan la inquietud por crecer y favorecen que no exista una dispersión de los conocimientos, sino que todos ellos caminen juntos en la misma dirección: la construcción de un rico perfil profesional.
Con todo ello, ser curioso es una motivación, un impulso extra que se valora muy positivamente, ya que amplía exponencialmente la capacidad de desarrollo profesional. Si una empresa tiene que decantarse entre dos perfiles con un nivel técnico similar, a menudo lo hará por aquel candidato en el que perciba algún valor añadido, como una actitud que denote que proyecta su curiosidad de manera profesional.
La curiosidad es una apuesta de presente y futuro. Confiar en alguien que dirija profesionalmente dicho rasgo es ir a lo seguro, ya que ese trabajador siempre tendrá inquietud por aprender cosas nuevas que le ayudarán a desarrollar mejor su labor. Así pues, la curiosidad se puede acotar, pero no es recomendable ponerle trabas. Será positivo tratarla como lo que es: una habilidad excepcional para el desarrollo de los perfiles profesionales.