Ciberseguridad en el sector primario: protege tus sistemas y dispositivos

El sector primario se está digitalizando a una velocidad vertiginosa. Actividades como la agricultura, la pesca, la ganadería y la silvicultura se enfrentan a una transformación digital sin precedentes que favorece la producción. Los avances en la tecnología permiten que los profesionales del sector hagan uso de drones, dispositivos IoT, sensores, maquinaria inteligente o plataformas digitales para la gestión de recursos, mejorando la eficiencia y la productividad. No obstante, esta digitalización no está ausente de riesgos, ya que esta tecnología abre nuevas puertas de explotación a los ciberdelincuentes.
La ciberseguridad es fundamental para proteger estas actividades esenciales para la sociedad, ya que cualquier interrupción operacional puede tener graves consecuencias que afecten a la continuidad de negocio. En estos últimos tiempos se ha observado un aumento de estas amenazas, abarcando desde el robo de datos sensibles hasta el sabotaje de infraestructuras, pudiendo producir un gran impacto sobre el sector primario.
Principales riesgos del sector primario
A medida que la tecnología se integra en las actividades esenciales del sector primario para su digitalización, surgen nuevas amenazas que pueden comprometer la seguridad de estos negocios. Entre las amenazas más comunes encontramos:
- Ataques de ransomware. Las empresas del sector pueden ver comprometida la continuidad de su negocio debido a ataques de ransomware, que actúan sobre datos confidenciales u operativos impidiendo accesos a sistemas claves para el control de cosechas, ganado, suministro de riego, etc., lo que implicaría la interrupción de la cadena de producción. En estos casos, los ciberatacantes suelen solicitar un rescate económico para la recuperación de los datos y la no divulgación de los mismos.
- Interrupciones o manipulaciones sobre los sistemas IoT. Los sistemas de control industrial o el uso de dispositivos IoT son cada vez más utilizados en el sector primario para favorecer la eficiencia en la producción. No obstante, un ataque llevado a cabo con éxito sobre estos sistemas puede manipular los datos o paralizar la producción, así como alterar las condiciones de riego, regulación de temperatura de las granjas, emisión de dispensación de agua y alimento, etc.
- Robo y exposición de datos sensibles. La digitalización del sector conlleva el tratamiento de todo tipo de información, como la relativa a los clientes, detalles de las cosechas, de distribución, etc. Una filtración de dicha información o secuestro de los datos podría poner en riesgo la reputación del negocio y tener un impacto económico, pudiendo afectar a su posicionamiento en el mercado.
- Sabotajes de la cadena de suministro. Los ataques destinados a la paralización de la cadena de suministro podrían provocar retrasos, pérdidas o indisponibilidad de ciertos productos.
- Vulnerabilidad de proveedores externos. El uso de servicios de un proveedor externo no confiable puede presentar riesgos de ciberseguridad, al poder verse este comprometido, pudiendo afectar a la continuidad de negocio de la empresa.
- Baja capacitación en ciberseguridad. Las empresas del sector primario pueden no disponer de personal formado en materia de ciberseguridad, siendo más vulnerables a ataques de ingeniería social y pudiendo ser más propensas al uso inadecuado de las tecnologías.
Conocer los riesgos a los que puede estar expuesta la empresa es el primer paso para implementar las medidas de seguridad que permitan salvaguardar el negocio.
Estrategias y buenas prácticas para proteger las actividades del sector primario
El avance tecnológico enfrenta al sector primario a nuevos riesgos cibernéticos. Para garantizar la seguridad de los procesos productivos, es fundamental aplicar estrategias de seguridad y buenas prácticas que protejan los sistemas de amenazas y ataques. Algunas estrategias que se pueden llevar a cabo son:
- Actualización de los sistemas. Mantener los sistemas actualizados reduce las vulnerabilidades que pueden ser explotadas por los ciberdelincuentes, como es el caso de los sistemas de riego automatizados o los reguladores de temperatura en granjas.
- Realización de copias de seguridad. Contar con copias de seguridad, como, por ejemplo, de los sistemas de producción o cosechas, permite recuperar y restaurar los datos y sistemas en caso de ataques como el de ransomware, evitando así interrupciones en la operación del negocio.
- Limitación del acceso a los sistemas. Controlar el acceso a los sistemas de gestión de cosechas o ganado solamente al personal autorizado puede evitar su manipulación. Para ello, se debe otorgar a los usuarios solo los privilegios necesarios para llevar a cabo su actividad. El uso de la autenticación multifactor aporta una capa extra de seguridad.
- Protección de redes y dispositivos IoT. Los dispositivos como sensores o sistemas de control están conectados a Internet a través de la red. Para proteger estos sistemas se aconseja hacer uso de firewalls y sistemas de monitoreo para la detección de actividades sospechosas y evitar posibles ataques e intrusiones. Se recomienda en aquellos casos que sea posible modificar la configuración por defecto de estos dispositivos para otorgar mayor seguridad.
- Protección de datos. Es importante que las aplicaciones y herramientas que se utilicen protejan la información mediante algoritmos robustos de cifrado y protocolos seguros de transmisión. De esta manera, la información está protegida y se evita que sea comprometida en caso de sufrir un incidente de seguridad.
- Contraseñas fuertes. Las credenciales utilizadas para el acceso a aplicaciones y herramientas deben ser robustas, incluyendo mayúsculas, minúsculas números y símbolos, evitando información personal y palabras comunes y disponiendo de una longitud mínima de 8 caracteres. Además, se recomienda cambiarlas de forma periódica y tener activada la autenticación multifactor.
- Revisión de los acuerdos contractuales de proveedores (SLA). Se recomienda realizar una prospección de mercado a la hora de contratar un servicio externo y recoger mediante los acuerdos contractuales las medidas de seguridad que deben cumplir para garantizar la seguridad de la información.
- Monitorización. Monitorizar y registrar las acciones en los sistemas para observar si se producen actividades sospechosas, tales como el personal que accede a la información, modificación de datos, etc., permite identificar posibles intrusiones o vulnerabilidades.
- Formación continua. La formación y concienciación de los empleados en materia de ciberseguridad favorece la identificación de riesgos, como correos electrónicos fraudulentos o problemas en dispositivos o sistemas y, por tanto, ayuda a prevenir incidentes de seguridad.
Aplicando las recomendaciones a los sistemas de tu negocio podrás reforzar la seguridad y salvaguardar la información crítica para garantizar la continuidad de la producción.
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Contenido realizado en el marco de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, financiado por la Unión Europea (Next Generation).