La mediación parental como parte de la rutina familiar
Gracias a la tecnología, niños, niñas y adolescentes tienen a su alcance una gran variedad de contenidos sobre cualquier temática, mayores oportunidades educativas, de ocio, y sobre todo de comunicación. Sin embargo, este uso de Internet también hace que estén expuestos a algunos peligros, o que puedan surgir problemas.
Cuando hablamos de los riesgos en línea, habitualmente pensamos en el uso excesivo o el ciberacoso, pero también suponen un gran reto para las familias, controlar la difusión de información privada, la práctica del sexting o el contacto con personas desconocidas. Este último abarca diferentes amenazas, como que lleguen a sufrir una estafa económica, se relacionen con adultos con intereses sexuales o se involucren en comunidades que promueven hábitos peligrosos o ideologías extremistas.
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¿Qué es la mediación parental?
La mediación parental consiste en un conjunto de estrategias que los adultos pueden emplear para ayudar a los menores a aprovechar los beneficios de Internet con seguridad. De este modo, se trabaja la prevención de riesgos y se aprende a reaccionar frente a posibles problemas en línea.
Estas estrategias pueden ser activas, como la supervisión, el acompañamiento y la orientación en el uso de Internet; o restrictivas, como el establecimiento de normas, límites o la configuración de herramientas de control parental. Ambas, deben utilizarse de forma complementaria, adecuándose a la realidad de cada familia, al desarrollo del menor y a sus condiciones particulares.
En cualquier caso, la mediación parental necesita una implicación por parte de las personas adultas que conviven con el menor. Se trata de cultivar una relación cercana y de confianza, para que hablar sobre su día a día en Internet se convierta en parte de la rutina cotidiana. Si algo hay que tener claro es que estas estrategias carecen de sentido sin un aprendizaje paralelo por parte de los adultos. Debemos saber cómo apoyarles, escucharles con atención, sin culpabilizar ni reaccionar exageradamente, cuando hablemos de los riesgos de Internet con ellos.
La combinación ideal de estas pautas depende de cada caso. Siempre podemos adaptarlas a nuestras necesidades y a las características de nuestros hijos e hijas. En la guía de Mediación parental de INCIBE a través de IS4K, podemos encontrar más información práctica sobre cómo aplicar estas estrategias y utilizarlas en nuestro día a día:
¿La mediación parental es válida para todas las edades?
Desde el primer momento en que los menores utilizan Internet, conviene que vayamos poniendo en práctica estas pautas. En cualquier caso, siempre podremos incluirlas en nuestra rutina familiar, procurando iniciar la mediación parental lo antes posible, para asentar una buena base de prevención. Aunque solo sea para un juego en nuestro móvil, o para ver un vídeo en una tableta, es un aprendizaje continuo que no debemos retrasar.
Igual que sucede al prepararles para salir solos a la calle, a medida que los menores ganan en autonomía y en responsabilidad, la forma en que aplicamos la mediación parental también irá evolucionando y adaptándose. Estas estrategias crecerán con ellos, progresando hasta que lleguen a utilizar Internet de manera independiente y segura.
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A lo largo de este camino, es posible encontrarnos distintos tipos de obstáculos y reticencias, en cuyo caso deberemos trabajarlos desde la familia con serenidad, paciencia y tiempo. Es normal que haya momentos de tensión o desacuerdo, pero habituarles a que existan normas y límites será positivo para la adquisición de valores, como la constancia, la prudencia y el pensamiento crítico.
¿No es suficiente con activar las opciones de control parental?
La mayor parte de los dispositivos o aplicaciones que utilizan los menores disponen de opciones técnicas para ampliar su protección frente a los riesgos. Estas pueden ser de utilidad y complementar la labor de mediación parental, aunque nunca pueden sustituir la implicación de la familia. El acompañamiento, la comunicación y la supervisión son necesarios para que se adquiera una base sólida de responsabilidad y conocimiento. Sin esta parte de la mediación, los menores se verían más vulnerables al navegar solos por la Red.
Algunas de las opciones de control parental que podemos utilizar son las configuraciones de edad en plataformas de TV a demanda, como Netflix o HBO, que filtran los contenidos accesibles para los menores. En Internet, existen alternativas interesantes como la Búsqueda Segura de Google, que permite restringir los resultados con contenidos inapropiados, o las opciones de algunas redes sociales que previenen de un uso excesivo, como en TikTok o en YouTube Kids. Si utilizáis un dispositivo o app en concreto, merece la pena investigar brevemente en su centro de seguridad o páginas de ayuda y comprobar qué opciones ofrece.
Recordad que la mediación parental es la mejor respuesta para ayudar a nuestros hijos e hijas a prevenir problemas en línea. Hacer un esfuerzo e implicarse, siempre va a merecer la pena, y rápidamente veremos resultados positivos si somos constantes. Podéis ampliar la información en la guía de Mediación parental de INCIBE a través de IS4K, descargándola gratis en nuestra web.
Y vosotros, ¿ya ponéis en práctica la mediación parental?, ¿qué dificultades estáis encontrando? Podéis compartirlo con toda la comunidad de IS4K, ¡gracias!