Sesgos en Internet y redes sociales: cuando la realidad es más amplia
Ya no nos sorprende la idea de que, gracias a ciertos algoritmos y estrategias, aquello que aparece en nuestras pantallas al conectarnos a Internet suele encajar con nuestros intereses. Aunque puede que nos parezca práctico, no es casualidad y debemos ser conscientes de lo que implica. Sobre todo, para poder trasladarle a los menores estrategias para acceder a la información y que puedan desarrollarse con una perspectiva de conocimiento más abierta.
Si usamos Internet habitualmente, sabemos que la publicidad que vemos está adaptada a nuestros intereses, o que se nos sugiere contenido audiovisual según nuestros gustos. Esta función está diseñada para que nuestra experiencia en la Red sea más agradable y sencilla, pero también puede existir cierto interés comercial o económico.
Lo que igual puede sorprendernos es que, cuando nos informamos a través de Internet, por ejemplo, en las redes sociales o en un periódico virtual, este sistema funciona de forma similar. De este modo, si dos personas consultan diariamente el mismo periódico en sus respectivos móviles, es probable que las noticias que aparezcan destacadas sean diferentes. Estas variarán según sus intereses, la información que han consultado anteriormente, su ubicación o las imágenes que han observado con más detenimiento.
El objetivo sigue siendo el mismo: procurar que pasemos más tiempo conectados y que este tiempo se traduzca en otro tipo de consumo gracias a la publicidad. No obstante, es posible que, ya sea consecuencia indirecta del sistema, o en algunos casos de forma intencionada, pueda influir en la opinión del usuario.
¿Estrategias que nos lo ponen fácil?
Estas predicciones que realizan las diferentes plataformas que utilizamos en Internet, nos llevan a rodearnos de ‘burbujas de filtro’: se nos muestra aquello que deseamos ver, según los datos que se han recogido, previamente, sobre nuestros gustos e intereses. De esta forma, cada búsqueda que realizamos, los contenidos que visualizamos o la localización desde donde nos conectamos, van generando un perfil que define qué nos gusta y qué no.
Los menores, como usuarios de Internet, también forman parte de estas estrategias. Un ejemplo muy visual son sus perfiles de redes sociales, en las que se les ofrecen diferentes contenidos según sus intereses, pero también se les sugiere qué personas pueden encajar en su red de amistades o qué publicaciones coinciden con su forma de pensar.
Se pretende así que niños, jóvenes y adultos amplíen sus tiempos de conexión. Sintiéndose cómodos navegando en la Red, puedan ser más susceptibles de consumir contenidos o productos. Por ello, además de trabajar con los menores sobre la publicidad en línea, hemos de ser conscientes de otros aspectos informativos y mediáticos de Internet.
Por otra parte, cuando este filtrado y personalización de contenidos virtuales se centra en aquello que nos gusta o que encaja con nuestra ideología, podemos llegar a hablar de ‘cámaras de eco’. Al estar rodeados de opiniones similares a las nuestras y personas que comparten los mismos puntos de vista, se produce una retroalimentación constante (como un eco que reverbera en una habitación) que puede hacernos perder la perspectiva.
Evitar perder tiempo buceando entre contenidos menos atractivos para nosotros, puede resultar práctico a primera vista. Pero, ¿y si nos estamos perdiendo parte de la información? Puede que existan otras versiones de una noticia, o que haya temas de los que ni siquiera somos conscientes, porque se está limitando la información que se nos presenta.
Si volvemos al ejemplo anterior, un perfil de redes sociales, encontraremos que esa personalización de contenido limita la posibilidad de que el menor conozca personas con opiniones o aficiones diferentes, o se encuentre con publicaciones que le inviten a recapacitar o presenten realidades diversas.
Recomendaciones para perseguir un conocimiento más amplio
La diversidad de opiniones y una visión objetiva de la información son aspectos necesarios para que los menores se desarrollen de forma libre, construyendo una personalidad propia. Las burbujas de filtro y las cámaras de eco pueden contribuir a moldear un carácter cómodo y pasivo, que facilite el establecimiento de hábitos de consumo. Pero también pueden afectarles minimizando su acceso a la información y reduciendo su capacidad de conocimiento, generando una pérdida de curiosidad e inquietudes que son espontáneas y naturales en niños y adolescentes.
¿Y si nos estamos perdiendo parte de la información?
Para evitar esa desinformación, el aislamiento cultural e ideológico, os proponemos algunas pautas para trasladar a los menores:
- Muéstrales cómo funcionan las burbujas de filtro y cuáles pueden ser sus consecuencias: pueden entenderlo si adaptamos nuestro vocabulario a su conocimiento.
- Motiva a los menores a buscar y contrastar la información que reciben: promueve su curiosidad y el hábito de la investigación, animándoles a que no se conformen con un único canal o medio digital y complementen la información que reciben en redes sociales.
- Fomenta en ellos el aprovechamiento de Internet: les ofrece inmensas oportunidades de aprendizaje y puede ser una herramienta muy útil para que amplíen sus perspectivas.
- Impulsa valores como la empatía: deben acostumbrarse a ponerse en el lugar de otras personas antes de juzgar su forma de pensar o actuar.
- Descúbreles la riqueza de la diversidad: es necesario que aprendan a respetar y reconocer otras opiniones o puntos de vista.
Una actividad sencilla que podemos poner en práctica es utilizar diferentes dispositivos para entrar en un mismo medio informativo, como un periódico digital, contrastando los resultados de las noticias que nos sugiere. También podemos apoyarnos en recursos didácticos, que ayudan a los menores a comprender la importancia de trabajar su capacidad de crítica, no dejándose llevar por la comodidad que ofrecen las redes sociales y otros servicios de Internet. Por ejemplo, descargando de forma gratuita la actividad didáctica diseñada para que los más jóvenes aprendan a enfrentarse a las cámaras de eco, y apoyaros en la siguiente infografía:
Busca nuevas perspectivas
Además, podemos aprovechar el lanzamiento de campañas o iniciativas divulgativas contra los discursos de odio o radicales de temáticas concretas que son de interés para los jóvenes, como ‘Somos más’ o ‘El síndrome del Pero’.
La sociedad es cada vez más consciente de que Internet, como medio de información, es una herramienta que puede influir en nuestras opiniones. Enseñar a los menores a aprovecharla y explotarla de la forma adecuada depende también del ejemplo que les ofrecemos y cómo les enseñamos a usarla. No olvidemos que Internet posibilita que podamos oír más voces que nunca.
Y vosotros, ¿habéis sido conscientes alguna vez de estas burbujas de filtro y cámaras de eco?, ¿creéis que los menores ya se han visto afectados por este fenómeno? Podéis compartirlo con toda la comunidad de IS4K. Y si tienes dudas, llámanos de forma gratuita y confidencial al 017, ¡gracias!