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Cuando los menores se hacen pasar por otros en Internet

Fecha de publicación 22/02/2017
Cuando los menores se hacen pasar por otros en Internet

Para un adolescente, descubrir que hay un perfil falso en una red social con su nombre o su imagen puede convertirse en una pesadilla. Ellos saben lo que conlleva: rumores, burlas, mensajes humillantes en su nombre, ciberacoso… Los adultos aún pensamos que estas cosas solo pasan en las películas. O puede que ni siquiera hayamos oído hablar de ello.

Un menor puede suplantar la identidad de otro al hacerse pasar por él en Internet, ya sea en una página web, un foro de debate o creando un perfil falso en una red social. También accediendo a una red social o comunidad con los datos de acceso de otro menor: conseguir o adivinar su contraseña puede ser muy sencillo, e incluso pueden haberle cogido el móvil desbloqueado en un descuido.

 

Un menor puede suplantar la identidad de otro al hacerse pasar por él en Internet

 

Es cierto que Internet ofrece la posibilidad de interactuar con otras personas de forma aparentemente “anónima”, es decir, con un seudónimo. Sin embargo, en el caso de utilizar un nombre e imagen real, resulta complejo verificar que nosotros somos verdaderamente quienes decimos ser. De este modo, otra persona puede utilizar nuestro nombre o una fotografía y actuar en Internet con nuestra identidad.

 

La suplantación es algo muy técnico, no lo puede hacer cualquiera… ¿o sí?

Imagina que escoges una imagen de tu hijo o hija (podría ser una que te haya mandado por WhatsApp, por ejemplo), entras en la red social que prefieras e intentas crear un nuevo perfil con su nombre real y su imagen.

¿Te parece complicado?, ¿crees que conlleva mucho tiempo?, ¿van a comprobar que realmente eres esa persona? En el mejor de los casos, te habrían solicitado su fecha de nacimiento, un teléfono o correo electrónico (que puede ser el tuyo o uno creado expresamente para este fin).

Menores creando un perfil falso en una red social

Después de este sencillo experimento, podemos deducir que un adulto puede suplantar a un menor sin mucha dificultad, aunque en este artículo nos centraremos en los casos que implican exclusivamente a menores. Y es que basta con tener una foto del menor para suplantarle, y con la cantidad de imágenes que un menor publica en Internet hoy en día, esto no es un impedimento. De esta conclusión deriva otra: un menor también es capaz de realizar esta operación fácilmente en cuestión de minutos. Ellos saben desenvolverse en las redes sociales como peces en el agua. Por ello, tenemos que ser conscientes de que es un riesgo real, que puede afectar a cualquier chaval, y que cualquier menor puede llevar a cabo.

 

Son capaces de crear un perfil falso fácilmente en cuestión de minutos

 

La pregunta que ronda en la cabeza de los padres y madres es por qué, por qué lo hacen. Los menores que utilizan estos perfiles falsos en redes sociales o en otros espacios de Internet suelen hacerlo para burlarse o humillar a un compañero, con comentarios o imágenes creadas expresamente para eso. También como venganza después de una discusión con el grupo de amigos o una ruptura, desvelando información o fotografías privadas que antes se pueden haber compartido en confianza.

 

Las consecuencias directas para los menores

Para el menor suplantado, el hecho de que creen un perfil con su nombre y lo utilicen de forma malintencionada puede acarrear malentendidos con aquellos amigos o compañeros que lo confundan con su verdadera identidad. Esto puede desembocar en discusiones, pérdida de amistades, humillación, acoso tradicional y/o ciberacoso, así como deterioro de su reputación, tanto en la vida real como en su imagen online. Las consecuencias pueden alargarse en el tiempo, a pesar de que el perfil falso se elimine, y en el caso de que se haya expuesto información íntima, el daño a su privacidad puede llegar a ser permanente.

Menores burlándose de un compañero en las redes sociales

Al otro lado de ese perfil falso, están los menores que han llevado a cabo la suplantación. Lo que muchos de ellos no imaginan cuando empiezan este tipo de “bromas” es que los cuerpos de seguridad son capaces de localizar, identificar y detener al autor.

El resultado puede variar dependiendo del daño causado, pudiendo imputar al menor un delito de usurpación del estado civil, tipificado en el artículo 401 del Código Penal, que puede acarrear desde una amonestación a medidas socioeducativas o internamiento.

 

Hablamos de consecuencias graves y delitos penales: no es ninguna “broma”

 

Además, puede darse un delito de falsedad en documento mercantil (art. 392 del Código Penal), lesión de privacidad (como una forma de descubrimiento y revelación de secretos según el art. 197 del Código Penal) o un delito de «daños a redes, soportes o sistemas informáticos» (art. 264 del Código Penal), si para acceder a la cuenta o perfil de la víctima se ha provocado daños a sistemas informáticos para conseguir sus datos de acceso. En conclusión, hablamos de consecuencias graves y delitos penales: no es ninguna “broma”.

 

¿Cómo evitar que se hagan pasar por ellos en Internet?

La prevención no pasa necesariamente por prohibir el acceso a las redes sociales o a otros espacios comunitarios en Internet. Lo cierto es que aunque no accedan a Internet ni a las redes sociales, eso no evita que cualquiera pueda suplantarles: el riesgo está ahí. Por lo tanto, se trata más bien de “ponérselo difícil” a aquellos que puedan querer suplantar su perfil.

Adolescente preocupada por la suplantación de identidad en las redes sociales

Por lo tanto, se trata más bien de “ponérselo difícil” a aquellos que puedan querer suplantar su perfil: