Educa en igualdad, también en Internet
Internet es un espacio para explorar, crear, expresarse y relacionarse de forma positiva. Por eso, en Internet Segura for Kids (IS4K), canal especializado en menores del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), queremos sumarnos el 8 de marzo al Día Internacional de la Mujer, reafirmando nuestro compromiso por una educación en igualdad también en Internet. Es fundamental trasladar a los/as menores, las familias y los/as profesionales de la educación, la importancia de realizar un buen uso de la Red para aprovechar las posibilidades de crecimiento personal que nos ofrece.
Desde el hogar y la escuela debemos promover el empoderamiento en Internet de niñas, niños y adolescentes, mientras fomentamos el pensamiento crítico. Tratemos de que se convierta en un hábito presente durante los 365 días, con el que conseguir experiencias digitales positivas, y que hoy recordamos para llevar este mensaje más lejos.
La ciudadanía tenemos en nuestras manos la posibilidad de convertir el entorno digital en un espacio más respetuoso y seguro, evitando problemáticas como el ciberacoso, el cibercontrol, la coacción y extorsión sexual a menores en Internet, el grooming y la difusión de discursos de odio. Para ello, debemos comportarnos de forma cívica y promover en nuestro entorno (especialmente entre las y los menores), la importancia de respetar y pedir respeto también en Internet, no dañando a los demás y actuando con libertad y sin presiones.
Recursos para #JóvenesConRespeto en Internet
Todos podemos contribuir al cambio aplicando y compartiendo en las redes sociales algunos de los siguientes recursos que proponemos, utilizando los hashtags #JóvenesConRespeto, #EducaEnIgualdad y #TambiénEnInternet.
Sabemos protegernos en Internet
- Aplicando la netiqueta. Es clave que empaticemos y respetemos las opiniones de los demás también en el entorno online. Siempre podemos defender nuestra posición sin ofender al resto.
- Cuidando nuestra identidad digital y la de los demás. Antes de responder debemos reflexionar porque aquello que compartimos permanecerá en Internet durante mucho tiempo, pudiéndonos condicionar en un futuro. Por el mismo motivo, no publicaremos contenido de otras personas si no contamos con su consentimiento.
- Ignorando a troles y haters. "No hay peor desprecio que no hacer aprecio”, así que la mejor reacción es que no contestemos a las provocaciones. Podemos apoyarnos en las opciones que ofrezca la plataforma para bloquear a usuarios molestos.
- Mostrando tolerancia cero ante conductas inadecuadas. Igual que fuera de la Red, no podemos mostrarnos impasibles ante situaciones abusivas. Además, debemos recordar que los observadores tenemos un importante papel para frenar este problema. Simplemente mostrando apoyo a la víctima, reportando, no dando “me gusta” o no compartiendo publicaciones ofensivas, ya estaremos ayudando.
- Configurando de manera adecuada las opciones de seguridad y privacidad. Para ello, debemos revisar los parámetros de las redes sociales, restringiendo el alcance de las publicaciones y activando el control del etiquetado. Además, es recomendable utilizar contraseñas robustas y no compartirlas con nadie, así como activar la verificación en dos pasos.
- Siendo selectivos/as al aceptar amistades. Aunque limitemos las publicaciones tan solo a los contactos, si se cuenta con un gran número de amistades o amigos añadidos, la información no será privada. Tanto al publicar como al aceptar amistades, debemos preguntarnos si les contaríamos a esas personas aquello que vamos a revelarle a través de nuestras redes sociales.
- Valorando la información compartida. Limitemos las publicaciones y su contenido porque la sobreexposición conlleva riesgos asociados. Una simple foto revela mucha información sobre nosotros: el lugar desde el que se ha tomado, la geolocalización exacta (algunos dispositivos guardan las coordenadas GPS en la imagen), rutinas, actividades y aficiones (incluyendo el lugar y la hora de publicación), amistades (que aparecen o que dan “me gusta”, comentan o comparten), el poder adquisitivo familiar (móvil, vestuario, entorno, etc.), e incluso detalles propios (tatuajes, perforaciones, ropa interior o fotos sugerentes).
- Utilizando Internet de manera positiva. Siempre debemos apostar por contenidos positivos y de calidad en línea que nos ayuden a crecer.
- Conociendo las opciones con las que contamos ante incidentes. Debemos saber cómo reaccionar ante posibles riesgos en la Red: solicitando ayuda, reportando, guardando pruebas, no cediendo ante posibles chantajes, etc.
- Apoyándonos en el 017, la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE. Si no disponemos de la suficiente información o conocimientos para hacer frente a incidentes que nos surjan, podemos contar de manera gratuita y confidencial con la ayuda profesional de este servicio de INCIBE.
Para terminar, no nos olvidemos de la importancia de dialogar en familia con nuestras hijas e hijos para conocer sus intereses y hábitos en Internet. Una buena comunicación es la base para el éxito de nuestra labor de mediación parental. El trabajo conjunto de las familias y la implicación del profesorado desde las aulas, es clave para mejorar el respeto, la convivencia y la igualdad entre niñas, niños y adolescentes en la Red.