En este post explicamos la actualización realizada en el modelo IMC para seguir mejorando su aproximación y aplicabilidad a las empresas.
En esta entrada de blog detallamos las nuevas claves PGP generadas por INCIBE-CERT para establecer canales de comunicación segura con los diferentes públicos.
Anticipar es una de las cuatro metas de ciberresiliencia. Consiste en mantener un estado de preparación informado, con el fin de evitar que se vean comprometidos los servicios esenciales en caso de que se produzca un ciberataque. Para medir los objetivos de esta meta se analizan sus tres dominios funcionales: las políticas de ciberseguridad, la gestión de riesgos y la formación en ciberseguridad.
La ciberresiliencia se define como la capacidad de un proceso, negocio, organización o nación para anticipar, resistir, recuperarse y evolucionar para mejorar sus capacidades de sobreponerse ante condiciones adversas, estrés o ataques a los recursos cibernéticos que necesita para funcionar.
Las estaciones de carga eléctrica cada vez son más utilizadas dentro del mobiliario urbano de las ciudades. Los coches eléctricos y la necesidad de su carga son una realidad. Debido a esto, hay un aumento de puntos de abastecimiento que dependen de protocolos y comunicaciones específicos para estas estaciones.
La unión de los mundos TI y TO es algo imparable, eso conlleva que la estrategia de ciberseguridad, tradicionalmente centrada en el ámbito TI, ahora debe incluir aspectos relacionados con el mundo industrial. Disponer de una buena estrategia de ciberseguridad resulta esencial para que los sistemas SCI puedan sobrevivir en esta nueva era.
El framework (marco de referencia) abierto y de uso más extendido para la comunicación y puntuación de vulnerabilidades, el CVSS (Common Vulnerability Scoring System), ha sido actualizado, incorporando mejoras en su nueva versión 3.1 respecto a la anterior. Este estándar evalúa la gravedad de las vulnerabilidades de los sistemas informáticos, y las asigna una puntuación de 0 a 10.
Los viajes a través del océano han cambiado a lo largo de los años con la llegada de la revolución industrial y de la informática, entre otros, haciendo de la tecnología su mejor aliado, tanto para automatizar su navegación como para controlar su localización desde estaciones de tierra. Sin embargo, esta dependencia total de la tecnología trae consigo asuntos importantes a nivel de seguridad que es necesario tratar con la relevancia que se merecen.
Con ánimo de mejorar, año tras año, la seguridad de las empresas, es conveniente llevar a cabo acciones que nos ayuden a combatir los errores del pasado, para que estos no vuelvan a repetirse. Una buena manera de hacerlo es recopilando y teniendo en cuenta todas las lecciones aprendidas, ya que los incidentes pasados pueden ayudarnos a prevenir o combatir los ataques futuros.
La protección física de los dispositivos industriales es un punto clave dentro de la ciberseguridad. Las medidas de seguridad física, cámaras de seguridad, controles de accesos a personas autorizadas, etc., delimitan el perímetro de seguridad y deben ser tratados con el mismo nivel de criticidad que el de los activos que protegen. A los ojos de un responsable de ciberseguridad, debería ser igual de crítico un evento registrado de intento de acceso a un dispositivo desde una IP externa, que un evento de intento de acceso físico de una persona no autorizada dentro del perímetro donde se encuentra dicho dispositivo. A fin de cuentas, ¿no es igual una barrera física que un cortafuegos?